Un lugar de adoración en la ciudad de Taiyuan fue cerrado por la fuerza por “perturbar el orden público”, y los miembros de su congregación fueron llevados para ser interrogados.
por Zhang Feng
En la mañana del 16 de junio, alrededor de 60 funcionarios del Departamento de Seguridad Pública irrumpieron en un sitio de reunión de la iglesia de Cornerstone (iglesia de Fangjiaoshi), ubicada en el área residencial de Dingtaifenghua en la ciudad de Taiyuan, de la provincia norteña de Shanxi.
Un miembro de la iglesia que solicitó permanecer en el anonimato dijo a Bitter Winter que el lugar fue atacado aproximadamente a las nueve de la mañana, cuando el pastor dirigía a los creyentes para cantar himnos que alababan al Señor. El oficial de policía a cargo gritó: “¡Que nadie se mueva! No tienen permitido tomar fotografías. Coloquen sus teléfonos celulares y sus bolsas a sus pies”.
El Departamento de Asuntos Étnicos y Religiosos local ya había cerrado el sitio el 16 de diciembre del año pasado, pero la congregación siguió con sus reuniones. Las autoridades afirmaron que la Iglesia de Cornerstone era un sitio de reunión ilegal que violaba los Reglamentos sobre Asuntos Religiosos y que los creyentes “perturbaban gravemente el orden público”, así que la iglesia debía ser clausurada y cerrada.
Video: La policía irrumpe en el sitio de reunión de la Iglesia de Cornerstone; a los creyentes se les prohibió tomar fotografías.
Mientras los oficiales de policía regulares y auxiliares se encontraban vigilando la escena, a los creyentes se les prohibió entrar o salir del sitio. El pastor de la iglesia y más de cien creyentes que asistían a la reunión fueron escoltados en pequeños grupos a subdirecciones de seguridad pública para ser interrogados. Cada uno fue fotografiado antes de irse.
La condición religiosa del creyente, así como su información personal y familiar detallada, se registró durante las investigaciones. También fueron forzados a firmar una “declaración de garantía” y una “declaración de arrepentimiento”, donde prometían que romperían lazos con la iglesia y “decididamente respetarían la autoridad del Partido Comunista Chino (PCCh) y el gobierno”. Para ser liberados, los creyentes tenían que pedir a sus familiares que fueran a las estaciones de policía y firmaran una garantía en su nombre. A los miembros de la familia se les ordenó que supervisaran a sus familiares religiosos, a quienes se les amenazó con ser severamente castigados si continuaban con la práctica de su fe.
Video: La policía se lleva a los creyentes, uno por uno.
El cierre forzoso de la iglesia de Cornerstone no es, de ningún modo, un incidente aislado. En meses recientes, numerosas iglesias domésticas han sido cerradas y se ha arrestado a cristianos en todo el país. En la ciudad de Taizhou de la provincia de Zhejiang de China oriental fueron cerradas al menos diez iglesias domésticas tan sólo de marzo a abril.
El 12 de abril, la iglesia de Living Stone, ubicada en la ciudad de Ji’nan de la provincia oriental de Shandong, fue clausurada con el pretexto de que “no contaba con licencia”.
El 20 de junio, la iglesia de Haifu, ubicada en el distrito de Haicang de la ciudad de Xiamen en la provincia costera suroriental de Fujian también fue cerrada. El Departamento de Asuntos Étnicos y Religiosos afirmó que la iglesia “llevaba a cabo reuniones ilegales y perturbaba al público” y trató de obligar a Wu Bin, la persona a cargo de la iglesia, a que se uniera a la Iglesia de las Tres Autonomías, pero él se negó a hacerlo.
De acuerdo con un informe del 17 de junio realizado por abogados de Weiquan –el movimiento de abogados, profesionales jurídicos, académicos y activistas que ayudan a los ciudadanos chinos a defender sus intereses por medio de litigios y activismo judicial– la campaña a gran escala para cerrar las iglesias domésticas ha afectado a más de 40 iglesias en Xiamen, incluyendo la iglesia de Dianqian, la iglesia de Shiyijian, la iglesia de Ruijing, la iglesia de Qianpu, la iglesia de Jinshang, la iglesia de Yicheng, la iglesia de Chengguang, la iglesia de Berea y muchas más.
Frente a la persecución, un pastor en Xianmen comentó: “Nuestro trabajo de pastoreo debe continuar a lo largo del camino justo, para proteger nuestros derechos”.