El hecho de tener cualquier tipo de vinculación con religiosos extranjeros es uno de los muchos pretextos populares utilizados por el Partido Comunista Chino (PCCh) para eliminar los lugares de culto que se niegan a unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías.
por Zhang Feng
En China, se están llevando a cabo campañas para eliminar a las iglesias domésticas. En el mes de mayo, el Departamento de Trabajo del Frente Unido del distrito de Yanhu de la ciudad de Yuncheng, en la provincia norteña de Shanxi, convocó una reunión con funcionarios comunitarios para hablar sobre asuntos religiosos. Uno de los principales mensajes fue: vigilar y evitar que «fuerzas extranjeras» utilicen iglesias domésticas rurales para «infiltrarse» en China. Para garantizar la adecuada implementación de dicha orden, se le exigió a cada aldea que investigara a fondo y registrara la información de los creyentes, y que clausurara cualquier entidad religiosa que no se hubiera registrado para unirse a organizaciones religiosas controladas por el Gobierno. Si hubiera tres o más personas en una reunión o si extraños ingresaran a la aldea, los mismos deberían ser arrestados.
Posteriormente, en el mes de mayo, la iglesia «Casa de la Calidez» (con sede en Pekín), emplazada en la ciudad de Shuozhou, fue clausurada como resultado de una operación organizada. El pastor de la iglesia, un predicador procedente de Pekín, y más de 30 creyentes fueron arrestados bajo el pretexto de ser «sospechosos de tener vínculos con el extranjero».
Según testigos presenciales, en la mañana del incidente, más de 30 oficiales de policía irrumpieron en el lugar de reunión, confiscaron una caja de donaciones, un proyector, biblias y libros de himnos, así como también los teléfonos móviles de los creyentes. La policía clausuró el lugar y colocó una notificación en la puerta, que decía: “sitio de actividad religiosa ilegal». Tres días después, se quitó el letrero en el que estaba grabado el nombre de la iglesia.
Según uno de los creyentes de la iglesia, el cual solicitó permanecer en el anonimato, la policía registró la información de todos los creyentes arrestados. Los mismos fueron liberados solo después de haber aceptado, bajo presión, firmar una «declaración de garantía», prometiendo interrumpir el contacto con el pastor.
Debido a los viajes que el pastor había realizado previamente a Corea del Sur para ser capacitado, el mismo fue acusado de «tener contacto con una iglesia cristiana extranjera» y permaneció detenido durante diez días bajo el cargo de «organizar ilegalmente actividades religiosas». Tras su liberación, fue despojado de sus certificados de predicación y se le prohibió tener contacto con iglesias extranjeras.
El mismo mes, la policía también allanó el lugar de reunión de una iglesia doméstica de Sola Fide que se hallaba emplazado en la ciudad de Taiyuan.
Un miembro de la congregación reveló que el día del incidente, la policía local irrumpió en el lugar de reunión y lo registró, sin presentar ningún tipo de credencial. Los agentes confiscaron todas las biblias y los libros de himnos, y arrestaron al predicador y a varios creyentes.
El predicador y el anfitrión del lugar de reunión fueron detenidos durante 11 días por «celebrar una reunión ilegal», además de ser multados con 500 yuanes (aproximadamente 75 dólares).
Los miembros de la congregación fueron liberados el mismo día luego de que su información fuera registrada, y sus fotos fueron posteriormente publicadas en línea. No obstante, según el creyente, la policía les dijo que la iglesia estaba teniendo contacto con iglesias en Estados Unidos y que era considerada una organización contraria al PCCh. Para evitar ser nuevamente arrestados por infringir la ley, debían unirse a una iglesia de las Tres Autonomías. La policía amenazó a los creyentes afirmando que si desobedecían las órdenes serían castigados más severamente y arrestados una vez más.
«Nosotros, los ancianos, tenemos una salud precaria y no podemos viajar lejos, por lo que deseamos celebrar reuniones y adorar a Dios en nuestros hogares, pero el Estado no lo permite», se quejó otro miembro de la congregación. «En la actualidad, el Gobierno está reprimiendo severamente las creencias religiosas. Todo lo que podemos hacer es esconder las Biblias y las cruces en nuestros hogares y celebrar reuniones en secreto».