En el año 2018, la mezquita tuvo que ser «renovada» y fue despojada de todos sus símbolos islámicos, salvándose así de ser demolida. Actualmente se asemeja a un tradicional edificio chino.
por Ma Xiagu
La Gran Mezquita de Weizhou emplazada en el condado de Tongxin de la Región Autónoma Hui de Ningxia atrajo la atención de los medios de comunicación internacionales por resistirse a la orden del Partido Comunista Chino (PCCh) de demolerla el 3 de agosto de 2018. Supuestamente, por carecer de los permisos de construcción requeridos. Miles de musulmanes de etnia hui organizaron protestas contra el Gobierno y las autoridades del condado retrocedieron, proclamando: “Teniendo en cuenta la situación real, la mezquita no será demolida. Pero deberá ser transformada de acuerdo con el plan de rectificación revisado».
Y el Gobierno mantuvo su palabra: el año pasado, la mezquita fue remodelada y convertida en un edificio de estilo chino, su cúpula y minaretes fueron reemplazados por pagodas de estilo chino.
En noviembre de 2018, antes de comenzar la rectificación, funcionarios del Gobierno local comenzaron a visitar los hogares musulmanes de Weizhou, presionándolos para que firmaran acuerdos para «renovar» la mezquita mediante el retiro de su cúpula y de los minaretes.
Una mujer local le dijo a Bitter Winter que, durante los seis meses del “cambio de imagen”, se establecieron puestos de control en las carreteras que conducían al poblado y se les exigió a los residentes que llevaran sus tarjetas de identificación en todo momento. Policías vestidos de civil vigilaban los puestos de control situados alrededor de la mezquita; en una ocasión, uno de ellos detuvo e interrogó a la mujer cuando esta pasaba por delante la mezquita.
«En mayo de 2019, vi cómo maquinaria pesada destruía la cúpula de la mezquita, la cual estaba rodeada por una valla de construcción temporal», recordó la mujer, añadiendo que las calles, las cuales solían estar colmadas de gente durante el día, estaban desiertas y tenían un aspecto deprimente.
Durante el mismo mes, dos periodistas de The New York Times se vieron imposibilitados de ingresar al poblado de Weizhou porque las autoridades habían prohibido que extranjeros visitaran la zona, tratando de impedir que la verdad saliera de China.
Desde la entrada en vigor de los nuevos Reglamentos sobre asuntos religiosos en febrero de 2018, el Gobierno ha estado implementando la campaña de «desarabización y desaudización» en Ningxia y en otras regiones de China pobladas por musulmanes. A fines de junio, las autoridades de Ningxia proclamaron que «los edificios destinados a actividades religiosas en los cuales se destaque el estilo árabe, deben ser gradualmente controlados y rectificados. Los edificios nuevos o cualquier otro edificio que deba ser ampliado o reconstruido, en cualquier lugar de la región, debe hacer destacar el estilo chino».
Existen más de 4000 mezquitas en Weizhou. Según algunos documentos confidenciales del Gobierno, desde que la política entró en vigor, estas mezquitas han sido generalmente dañadas e incluso algunas han sido completamente destruidas.
Las ciudades de Wuzhong y Guyuan, ambas densamente pobladas por personas de etnia hui, han sufrido las represiones más intensas. Sus mezquitas han sido despojadas de sus cúpulas, minaretes, símbolos de luna creciente y otros.
El poeta musulmán de etnia hui Cui Haoxin, más conocido por su seudónimo An Ran, le dijo a Deutsche Welle durante una entrevista que, para los musulmanes, la cúpula de una mezquita se ajusta a su estándar estético y ese estilo arquitectónico representa la identidad de los musulmanes. «Destruir las cúpulas es, de hecho, destruir una identidad», afirmó An Ran.