Está prohibido colocar símbolos religiosos en los hogares y los creyentes se ven obligados a colgar imágenes de Xi Jinping para seguir recibiendo beneficios estatales.
por Zhang Feng
En medio del brote de coronavirus, los Gobiernos de Henán, Shanxi, Jiangxi, Shandong y otras provincias han estado coaccionando a los creyentes de bajos recursos para que quiten los símbolos religiosos de sus hogares y renuncien a su fe en Dios. A los que se negaban, se los amenazaba con quitarles sus subsidios de subsistencia o pobreza. Dicha intimidación implementada sobre las personas de fe se encuentra sumamente extendida a lo largo de todo el país.
En el mes de junio, un funcionario de aldea del condado de Lin, administrado por la ciudad a nivel de prefectura de Lüliang, en la provincia norteña de Shanxi, les notificó repetidamente a los aldeanos, a través de las redes sociales, que debían eliminar todos los símbolos religiosos de sus hogares. El mismo afirmó que la cruz simboliza las enseñanzas heterodoxas, las cuales deben ser purgadas según las órdenes impartidas por las autoridades superiores. Los que no acaten dicha orden serán responsabilizados penalmente. El funcionario enfatizó que los hogares empobrecidos deben reemplazar los símbolos religiosos con imágenes de Xi Jinping.
Los residentes de otras aldeas también recibieron órdenes similares. Los funcionarios de una comunidad les dijeron a los residentes que debían deshacerse de los libros y artículos relacionados con la fe, amenazando con cancelar sus subsidios para el alivio de la pobreza si no acataban dicha orden.
“Todas las familias, sin excepción, deben exhibir retratos de Xi Jinping y tomarse fotos junto a ellos”, le dijo a Bitter Winter con impotencia un creyente procedente del condado de Lin, de aproximadamente 60 años. En el mes de junio, funcionarios locales reemplazaron por la fuerza una cruz existente en su hogar con un retrato de Xi Jinping.
Una cruz existente en el hogar de un hombre de 84 años también fue reemplazada por una imagen del presidente Xi. «El secretario del Partido del municipio me exigió que quitara y tirara la cruz, y me dijo que a partir de ese momento debía orarle a Xi Jinping», se lamentó el hombre. «Xi Jinping es un hombre, no Dios. Me entristece que la cruz haya sido quitada, pero no puedo hacer nada al respecto».
En el mes de mayo, funcionarios gubernamentales derribaron cruces y dísticos religiosos existentes en los hogares de miembros de la Iglesia de las Tres Autonomías emplazados en los poblados de Qiaoshe y Xixia y en el municipio de Changyi, todos administrados por Nanchang, la capital de la provincia suroriental de Jiangxi. Los funcionarios les dijeron a los creyentes que estaban implementando órdenes impartidas por el Estado.
A pesar de mostrarse reacios, los cristianos de bajos recursos tuvieron que quitar los símbolos, ya que los funcionarios amenazaron con cancelar sus subsidios de subsistencia si desobedecían. Los funcionarios afirmaron que la gente debe seguir al Partido, ya que el mismo es el que les proporciona dinero, y no Dios.
Un creyente procedente del poblado de Qiaoshe, beneficiario de los beneficios de las «cinco garantías» (un pago en concepto de prestación social destinado a hogares de bajos ingresos), quería conservar sus dísticos religiosos, pero tuvo que acatar la orden ya que, de lo contrario, se hubiera quedado sin medios de subsistencia. “Los funcionarios me dijeron que, como creo en Dios, debería pedirle comida a Él y no vivir del Partido Comunista”, recordó el creyente. «No me atrevo a leer la Biblia durante el día y solo lo hago por la noche, ya que, si fuera descubierto leyéndola, mis beneficios de las cinco garantías serían cancelados».
Un católico de 75 años, procedente de la ciudad de Fuzhou de Jiangxi, es veterano militar y recibe un subsidio mínimo de subsistencia. En el mes de mayo, funcionarios locales le dijeron que «los veteranos deben seguir al Partido Comunista, y que los que reciben los beneficios mínimos de subsistencia no pueden creer en Dios». Para poder seguir subsistiendo, el hombre tuvo que colgar un retrato de Xi Jinping en su hogar.
A fines de abril, funcionarios del distrito de Guangfeng en la ciudad de Shangrao de Jiangxi quitaron un calendario religioso del hogar de un cristiano que recibe beneficios mínimos de subsistencia. En su lugar, en la sala de estar colgaron retratos de Mao Zedong y Xi Jinping, así como también un cartel con la leyenda: «Sé agradecido con el Partido, obedece y sigue al Partido».