Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Dos sitios web chinos afirman que Kazajistán realmente forma parte de China y que el virus fue creado en un laboratorio kazajo. El embajador chino está involucrado.
Las autoridades kazajas protestaron contra un artículo chino que contenía reivindicaciones territoriales. De hecho, la acusación que afirmaba que el virus fue creado en un laboratorio kazajo era aún más grave.
El caso de Kaisha Akan es una victoria para la libertad y para aquellos que apoyan el caso de los solicitantes de asilo que escapan a la detención en los campamentos de Sinkiang.
Dos jóvenes de etnia kazaja pudieron escapar del arresto y la tortura a la que fueron sometidos en China e ingresar a Kazajistán, pero corren peligro de ser enviados de regreso allí, afirma su abogada Lyazzat Akhatova.
El activista que denunció los campamentos de transformación por medio de educación en Sinkiang está libre, pero tuvo que acceder a detener sus campañas públicas contra el PCCh.
La esposa del activista kazajo anti-PCCh, que se encuentra prisionero, solicita a la comunidad internacional que salve a su esposo, pues afirma que puede ser deportado en secreto a China y “desaparecer” ahí.
El activista que denunció las atrocidades perpetradas en China debería permanecer encarcelado al menos hasta el 10 de julio, mientras que en Kazajistán continúan las fuertes presiones chinas.
Ciudadanos kazajos viajan a China para visitar a sus familiares, planeando regresar a sus hogares luego de unos pocos días. Algunos nunca regresan. La abogada Umarova pide ayuda a través de un video.
Kazajistán se está convirtiendo en el epicentro de una dramática confrontación entre activistas musulmanes, defensores de derechos humanos, y la diplomacia al estilo chantaje chino.
En agosto de 2018, todos celebramos la decisión de Kazajistán de no deportar a China a esta valiente refugiada musulmana. Pero Pekín no se rindió y ella está nuevamente en riesgo.
En una decisión esperada con interés en los círculos políticos y diplomáticos, el Tribunal de Zharkent, Kazajistán, ha dictaminado que una mujer musulmana china, que ingresó ilegalmente al país, no debería ser deportada a China donde enfrentaría encarcelamiento y tortura.
En un juicio de gran repercusión mediática, una mujer china musulmana, de etnia kazaja y que escapó a Kazajistán con documentos falsos, corre el riesgo de ser repatriada a China.
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