El Gobierno constantemente está apropiándose de los lugares de adoración budistas y taoístas. Los creyentes son dispersados y la religión es reemplazada con actividades culturales “rojas”.
por Zhang Feng
Un templo de mil años de antigüedad se convierte en una sala de exhibición
El templo de Dayun, también conocido como el templo de Tiefo (literalmente, “Templo del Buda de hierro”), se localiza en el distrito de Yaodu de la ciudad de Linfen en la provincia norteña de Shanxi. Se construyó en el año 632, el sexto año de la era Zhenguan durante la dinastía Tang (618-907). El templo se vino abajo durante un fuerte terremoto en 1695, durante el reinado del emperador Kangxi (1654-1722) de la dinastía Qing (1636-1912) y fue reconstruido veinte años después.
De acuerdo con un budista de la localidad, funcionarios del Departamento de Asuntos Religiosos del distrito de Yaodu se apropiaron del templo el año pasado y lo convirtieron en “una oficina de gestión de reliquias culturales”, proclamando que ya no era un templo y que nadie tenía permitido llevar a cabo ceremonias o rezos budistas. El atuendo budista ceremonial también fue prohibido y todos los monjes han sido llevados lejos. El Departamento de Reliquias Culturales controla ahora el templo, dijeron los funcionarios.
Inmediatamente después de que fueron quitadas las estatuas de las deidades del salón principal del templo, el Salón Mahavira, funcionarios locales organizaron una exhibición de caligrafía dedicada a la batalla especial “para aniquilar el crimen de pandillas y eliminar el mal”, una campaña nacional para combatir el crimen organizado, aunque a menudo la utilizan las autoridades como un pretexto para reprimir a la religión.
A finales de abril de este año, en el antiguo templo se llevó a cabo una exhibición de graduación de una clase de caligrafía para adultos. Se colocaron letreros con números afuera del salón principal y de otros dos recintos para indicar las ubicaciones de la muestra. La caldera para el incienso desapareció del patio del templo y, en su lugar, se desplegó una fila de llamativos pendones que promovían la clase de caligrafía.
En el mes de junio se instaló una reja de seguridad con un contador electrónico en la entrada principal del templo para controlar el número de visitantes. En la mesa que se encuentra a un lado de la entrada principal se colocó un formulario de registro donde se requería que todos los visitantes escribieran su nombre completo, número de identificación, número telefónico, lugar de trabajo y otros datos personales, así como especificar la razón de su visita.
“La situación actual es peor que la que prevalecía durante la Revolución Cultural cuando las personas eran abiertamente castigadas. Ahora el Gobierno está castigándolas en secreto”, comentó enfadado un residente local. “El Gobierno ocupó por la fuerza el templo de Dayun, aunque todo el mundo sabe que no le pertenece”.
Sacerdotes taoístas son forzados a escalar la pared para entrar a su templo
El templo de Qingxu, un templo taoísta ubicado en el distrito de Zhen’an de la ciudad de Dandong en la provincia nororiental de Liaoning, se construyó en 1906 durante el reinado del emperador Guangxu (1871-1908). El templo, que fue parcialmente destruido durante la Revolución Cultural, fue renovado en 2013 con inversiones provenientes de varias personas y se volvió muy popular entre los pobladores locales.
A finales de mayo, el Departamento de Asuntos Étnicos y Religiosos de la ciudad clausuró el templo, afirmando que no contaba con licencia. Se ordenó que todo lo que había en el templo se sacara: estatuas, incensarios y otros objetos. Todo lo que contuviera palabras religiosas dentro y fuera del templo fue pintado y a dos sacerdotes taoístas se les ordenó que dejaran el templo.
Un mes después, el Gobierno del poblado reemplazó el letrero que tenía el nombre del templo con otro que decía “Libros antiguos y servicios culturales”. Todas las entradas al templo de Qingxu fueron selladas con placas de acero galvanizado, así que los dos sacerdotes tenían que escalar por la pared para entrar al templo, una actividad extenuante que le ha provocado lesiones a uno de ellos. Hasta la fecha, no se ha podido recuperar plenamente.
En toda China, los templos son continuamente destinados a otros fines con diversos pretextos y los funcionarios han prohibido que se lleve a cabo cualquier actividad religiosa ahí. A finales de abril, el Departamento de Reliquias Culturales local se adueñó del templo de Tianhou —un sitio histórico y cultural protegido por la ciudad— en el Condado Autónomo Manchú de Huanren de la ciudad de Benxi de la provincia de Liaoning con el pretexto de que no contaba con licencia. Se ordenó que se suspendieran todas las ferias del templo y otras actividades religiosas, que los visitantes fueran despedidos y que todos los sacerdotes y monjas del templo fueran forzados a irse.
Más o menos al mismo tiempo, el Departamento de Trabajo del Frente Unido del Condado Autónomo Manchú de Xiuyan, bajo la jurisdicción de la Ciudad de Anshan en Liaoning emitió un documento donde se prohibía la quema de incienso en los templos “para prevenir la contaminación del aire”.