Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Un viaje fotográfico a través de una región cuya identidad está amenazada por la "sinización".
Junto con millones de musulmanes perseguidos, los miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso también son enviados a campos de internamiento. Quienes no son enviados ahí, son adoctrinados en casa para que renuncien a su fe.
Testimonios de chinos de la etnia han acerca de la difícil situación de los niños “huérfanos” en Sinkiang: tiritan de frío en las calles y son monitoreados por sus compañeros de clase y sus maestros como presuntos terroristas.
Los líderes del PCCh en Sinkiang afirman que la mayoría de los internos de los campamentos han encontrado “un trabajo apropiado”. De hecho, no han sido liberados, sino que son obligados a trabajar en fábricas construidas dentro de los campamentos.
Creyentes del grupo religioso más perseguido en China son detenidos indefinidamente para su “transformación”; no se proporciona ningún tipo de información a sus familiares.
Miles de maestros de China interior han sido reclutados para ayudar con los esfuerzos de “sinificación” del PCCh en Sinkiang. Muchos quisieron irse tan pronto como llegaron.
Después de la Reunión Ministerial de Washington, el PCCh movilizó a “académicos uigures y kazajos” para que firmaran una carta donde criticaban a Estados Unidos. Esto parece un engaño más.
China ha instalado software de reconocimiento facial en 6.7 millones de ubicaciones a lo largo de Sinkiang, incluyendo mezquitas y hogares privados, en apoyo a una brutal represión. La respuesta internacional no ha sido lo suficientemente fuerte.
El Partido Comunista Chino (PCCh) está intensificando los esfuerzos para eliminar a los profesores desleales al Partido, investigando sus vidas privadas y alentando a sus colegas para que se denuncien mutuamente.
Incluso una visita a un familiar o un viaje fuera de la región deben ser registrados con funcionarios del Gobierno. Aquellos que permanezcan más de lo debido pueden ser castigados.
Las autoridades continúan acosando a los propietarios de tiendas y restaurantes de etnia han, exigiéndoles la participación en medidas «antiterroristas» dirigidas a sus compatriotas musulmanes.
Su carta del 3 de abril, invocando sanciones selectivas contra funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh), aún no ha recibido respuesta. En el aniversario de la masacre de Ürümqi, vuelven a alzar la voz.
Risalat, protegida por su pasaporte británico, regresó a Ürümqi en el año 2009, el mismo día en que inocentes uigures fueron masacrados por soldados.
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